COMIENZOS DE LA MISIÓN SALESIANA EN LA PATAGONIA

Los primeros salesianos que tuvieron contacto con las tierras patagónicas fueron el Padre Santiago Costamagna y el clérigo Luis Botta, que acompañaron la Campaña al Desierto de Julio A. Roca en el año 1879, con la intención de rastrear las posibilidades de establecimientos salesianos en todo el sur. Esta expedición abrió la Patagonia a la acción salesiana.

En agosto de 1879, el arzobispo de Buenos Aires León Federico Aneiros, propuso a Don Bosco la creación de una casa en Carmen de Patagones o en Mercedes (la actual Viedma), para desde allí dirigir las misiones en toda la región patagónica.

Las misiones salesianas en la Patagonia comenzaron el 20 de enero de 1880, con la llegada de los primeros salesianos y de las primeras hijas de María Auxiliadora a Carmen de Patagones. Allí, la misión estuvo a cargo del Padre José Fagnano entre 1880 y 1885, contando con la colaboración del Padre Domingo Milanesio como párroco de Viedma desde el 12 de noviembre de 1880 y más tarde el Padre José María Beauvoir, que llegó a la zona el 30 de agosto de 1881.

Con la aceptación de la Patagonia como zona para la actividad evangelizadora, Don Bosco había dado el primer paso para la concreción de sus aspiraciones, pero entendía que para lograr la efectividad de la obra, el segundo paso era lograr la instauración de un Vicariato Apostólico y de una Prefectura Apostólica en la Patagonia. A esos fines, en 1880 Don Bosco comenzó gestiones ante el Papa León XIII, quien reconoció la necesidad de un Vicariato Apostólico para las colonias ya establecidas junto al Río Negro y de un seminario en Europa para proveerlo de evangélicos operarios. Pero el proyecto tropezó con la oposición de las máximas autoridades, civiles y eclesiásticas de la Argentina.  Fue por eso que Don Bosco comprendió que debía seguir adelante con sus intentos pero entendiéndose solo con Roma. En 1883 el Papa León XIII aprobó la creación de un Vicariato Apostólico en la Patagonia Septentrional y de una Prefectura Apostólica en la Patagonia Meridional, nombrando al Padre Cagliero Provicario de la Patagonia Septentrional y al Padre Fagnano Prefecto de la Patagonia Meridional , Tierra del Fuego e Islas Malvinas, con el título de Monseñor.

Pero a Don Bosco no le bastaba un Cagliero provicario. Él lo quería Obispo. Estaba convencido que la eficacia de la misión iba depender de llevar o no Cagliero esta dignidad. A pesar de todas las contingencias y obstáculos que se presentaron, Don Bosco logró que el papa León XIII lo consagrara obispo en 1884. El 9 de julio de 1885 el nuevo Obispo se constituía en la sede vicarial de Carmen de Patagones (localidad ésta donde la sede estuvo fija hasta que en 1988 fue trasladada a Viedma).

A partir de la llegada de Monseñor Cagliero al vicariato comenzó una importante expansión misionera salesiana en toda la Patagonia. Hasta entonces, todo había sido realizado gracias al esfuerzo individual de los misioneros, que además, eran tan pocos que apenas daban abasto con lo más urgente. Con el advenimiento del Vicariato, los progresos fueron notables, la acción pastoral se organizó y tanto las misiones como los misioneros se multiplicaron. La obra misional se fue extendiendo hacia las distintas regiones de la Patagonia: Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y la Tierra del Fuego

 


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